Tantas veces quise que pasara, tantas, tantas... y ahora que pasó, no sabe lo dulce que pensé que sería.
Nunca en mi vida había hecho el amor con tan poco amor. Esperé ocho meses de castidad para darle un sentido a mi soledad, y he roto mi mal llamado voto con la persona menos indicada, que irónicamente era la persona con la que más quería que pasara. Quería estallar por dentro, decirle cuánto lo quiero, pero en vez de hacerlo y get it over with, me convertí en un robot que hizo el encargo y cohibió cualquier atisbo de cariño con tal de no ser la más frágil de los dos. Esto, señores, no fue hacer el amor - fue mi ridícula pugna por el poder. Antes de salir herida, corrí como Forrest Gump en medio de la selva de Vietnam.
Está bien - reconozco que el tiempo y el exceso de plata me han vuelto un poco más snob de lo políticamente correcto y un poco más huequita en algunos análisis que mi yo de antaño. Tengo mis yayitas, las asumo, y sé que son parte de una superficialidad que protegen a la Natalia profundamente sensible y profundamente vulnerable que no muestro sino a algunos pocos. Pero follar amando, pero amando por dentro, es lejos la experiencia más chanta que culminan mi casi perfecto 2007.
(Esta historia continuará...)
Número Uno
8 comentarios:
mi McDreamy McHurts
Yo sentí eso hace poco y por eso me llega tu post.
No sé si es tú caso, pero reincidí con un ex y sentí más o menos como tú, que era la persona menos indicada, de estar en una lucha de poder, de no mostrarme débil, de ser la más fuerte ante ese otro que tiene una carga emocional , una historia, muy fuerte por chorrocientos motivos, muchos de ellos muy dolorosos. Pero tb sentir unas ganas terribles de decirle que aún lo quiero, aunque mi coraza le ganara a eso. Y luego todas las dudas y cuestionamientos del mundo. Sentir que no, que para qué lo hice, que estuvo bien haberme callado palabras, acciones. Luego pensar todo lo contrario. Y así sucesivamenete....
No sé si también tu caso fue con un ex, o si es alguien "nuevo". Si es así quizás y no sea tan poco indicado, quizás hay dudas que hacen reaccionar o actuar como lo hiciste, pero también la posibilidad de haber hecho bien en estar con él porque no hay una historia a cuestas, con lo que ello implica. Quizás sólo el miedo a eso "nuevo", a dar y poder caerse, otra vez.
Como sea que es ojalá y saques lo mejor de esta experiencia.
Lo que es yo, a punta de porrazo, sigo en el limbo.
Hola lectora,
Pucha, bien parecida nuestra historia.
Pero sabes qué? Para Año Nuevo me bajó toda la 'ebriedad' y me terminé de llorar a M. Mi curadera tierna me hizo botar toda la impotencia en litros y litros de líquido salino ocular.
Y fíjate que al día siguiente no fue tan terrible lidiar conmigo misma. Me quise, me entendí y me perdoné, no sin antes tomar el compromiso de hacerme cargo de mi felicidad. Uno decide hasta donde pegarse porrazos.
Cariños, y adelante,
N.
yo creo que mas que snob, eres bastante siútica y megalómana.
Si superas aquello verás la luz.
Mucha suerte
Hay querida Farlie, los temas del corazón son más dificiles que en las putas series que insisto en ver una y otra vez..jajaja.
No sirvo para dar consejos y la verdad es que el año nuevo me dejó un poco inestabilizada como para dar consejos, pero rescato una frase tuya "una debe hacerse cargo de su propia felicidad"...para ya vamos.
Todo mi cariño para ti
Angela
Numero dos
Sip, yo también creo que se puede tratar de cierta pulga con enfermedades de transmisión sexual.
jajajajajajajajajajajajajajjajajajajjajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja
Cerrando círculos, para tener esta historia registrada en mi blog y leerla cuando tenga 60 años:
El señor me ha llamado después de 1 mes de la fechoría. Le he contestado, pues sistemáticamente me fui deshaciendo de su presencia en mis cosas (cancelar contacto en MSN, borrar fotos en cámara, borrar de celular, borrar correos... definitivamente Número Dos y su teoría de que todos los ex deberían irse a vivir a la isla de Lost está tomando cuerpo) y, por ende, llegué y contesté.
Con la cara de dos metros al reparar que al señor le dio AMNESIA con el episodio y preguntaba muy chinchoso y coqueto que cuándo sería mi cumpleaños, me armé de valor, inspiré profundamente, y le dije muy tranquila que esta historia se acabó, y que no se tomara la molestia de llamarme never ever again.
McMean se ha ido al carajo, y he sido yo la responsable de darle esa patada en el trasero. Y me duele un poco, porque es fuerte poner en práctica las teorías, pero tengo la convicción de que hice lo correcto (que en mi mente de adulta inmadura muchas veces asocio a placer, pero que en la práctica no es tan así).
THE END
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