Venderle el alma al maligno

La Isa siempre fue flojonaza para comer. Siempre fue flaca flaca flaca, y en mi desesperación por engordarla un poquito cometí el tremendo error de madre primeriza de ceder a sus caprichos y llenarle, noche tras noche, la tina de agua tibia ('espumitaaaaaa',lloriqueaba) para dejarla flotando y jugando con patos de ule y, de pasadita, meterle la comida.

Como claramente se ve, era un ritual agotador. Y un día, ya harta de acostarme estilando, más agotada por la tina que por el trabajo, decidí cortar la historia. Está más que claro que no estoy de acuerdo con la invención de 'viejos del saco', 'brujas comeniños' y demases, pero la desesperación me llevó a un límite too much.

- Isa, tengo algo muy grave que contarte
- Qué mamá?
- Me he enterado que existe un bichito muy chiquitito que vive en los baños y que, cuando huele comida, sale a comérsela y también a quien esté comiendo en esos momentos.
- (cara de incrédula) Noooooooooo, mentiiiira
- ES cierto!
- A ver, y cómo se llama?

(no lo había pensado, y busqué por toda la pieza algún nombre adecuado... miré unos exámenes de sangre que me había hecho hace poco...)

- Hematocrito...

(y vi una crema humectante encima del televisor)

- Cluny... Hematocrito Cluny

De ahí en adelante, el mito de Hematocrito Cluny sí surtió efecto, y la Isa portaba el estandarte de la Llanera Solitaria contra todo quien osara entrar con alguna especia comestible a los baños. Por fin pude darle comida fuera, seca, y más rápido.

Tiempo después, comencé a utilizar a Hematocrito contra cualquier fauna avícola de baño, dícese, patos, loros, pollos, etc. Todos eran 'secuaces', contratados por H., para hacer de la vida de Isa más miserable. A todos teníamos que echarlos por el inodoro.

Hasta un par de días atrás, me había funcionado, incluso porque la Isa estuvo con harto dolor de guatita y iba al baño a todo momento.

Ahora estaba yo, sentada en el water como un grifo abierto, cuando Isa intempestivamente abre la puerta y me mira con ojos maliciosos (que de verdad brillaban):

- Mamá, tengo que contarte algo
- Diiiime Iiiiisa (con tercianas del dolor de guata)
- Ahora es todo distinto. Hematocrito me contrató para contagiarte, y trabajo para él, waaaaaaajajajajaajajaja (muy Chuckie)
- Ohhh, nooooooooooo!!!!!!!!!

Número Uno