lunes, junio 05, 2006

SO LET IT RAIN

Hoy en la mañana desperté con el ruido de las gotas en mi ventana. Me encanta la lluvia y hoy llueve en Santiago. A cántaros como decía mi abuela.

En vista del regalo climático, me enfundé mis botas azules de superhéroe, tomé mi paraguas amarillo estridente y salí a caminar.

Temprano, a eso de las diez.

El rumbo o destino, bastante desagradable, debía pagar un puñado de cuentas que anunciaban a letras mayúsculas: CORTE EN TRÁMITE.

En cada uno de los lugares de pago, habían colas de gente enojada, la única con cara de feliz idiota era yo. Cómo explicarle a la gente que me encanta la lluvia, cómo explicarles por qué como helado bajo ella.

De vuelta de mis pagos, aún me quedaban un par de horas antes de ir a trabajar, así que decidí seguir caminando.

En el camino me encontré con los universitarios de la Chile que, preparándose para la protesta de hoy en la tarde, proclamaban por megáfono: ¡¡¡Chi-chi-chi Le-le-le, Universidad de Chile, libre y gratis!!!!. Y un desinformado transeúnte que les gritó: ¡¡¡Ch-I- Chi, L-E le, Colo Colo de Chile!!!. Me cagé de la risa durante media cuadra, esas cosas no se ven si uno toma el metro.

De tanto caminar y comer helado a la vez, llegué sin darme cuenta al paseo ahumada, donde una improvisada feria de novedades hacia caso omiso de la lluvia y las protestas estudiantiles.

Con asco vi un caracol gigante, del porte de mi gato, que un atrevido vendedor quiso poner en mi mano para demostrarme empíricamente las bondades de la baba de caracol, un extraordinario aparato que cortaba papas fritas en 599 formas distintas y un sinnúmero de cachibaches más.

Dos puestos más adelante un vendedor peruano vendía unas cosas de colores que parecían inciensos, como me carga el olor de los mencionados, seguí mi camino. Entonces el hábil feriante me gritó:

- “Amiga, venga, vea, no hay nada que un polvo mágico no pueda solucionar”.

Era demasiado fácil y oportuna la talla, así que no pude aguantarme.

-Lamento contradecirlo señor, no siempre es así. Le dije con una sonrisa maliciosa.

El peruano no entendió y me miró con cara rara. Pero un chileno que era su suche en el puesto se atragantó de la risa y me contestó:

-No creo que a usted le haga falta un polvo......de estos.

-Lamento contradecirlo señor, le repetí riéndome. Al tiempo que sacaba 500 pesos de mi bolsillo y compraba una bolsita de polvos mágicos anaranjados.

El vendedor, me recibió los 500 pesos y me dio de regaló otra bolsita con colores verdosos. “Por si le hacen mucha falta”, me dijo.

Minutos más tarde, estaba en mi computador escribiendo noticias fomes. Con el pelo mojado por una que otra gota pero absolutamente convencida de que vale la pena caminar, cosas como estas no se ven en el metro.

Número Dos

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Angela:

Siempre que llueve me acuerdo de ti.

Recuerdo un día, estábamos recién empezando a salir, llovía fuerte. Yo estaba arranado por la lluvia y tu estabas hiperquinetica porque querias salir.

En cinco minutos te colocaste una bufanda de 20 mil colores y me sacaste arrastrando de la casa.

Ha pasado mucho tiempo de esto, ya ni siquiera recuerdo porque dejamos de estar juntos, pero siempre recuerdo ese día de lluvia.

Nunca te viste más linda que ese día lluvioso, comiendo helado, hablándome de mil cosas a la vez y riéndote fuerte .

Desde ése día, cada vez que llueve me acuerdo de ti.

Anónimo dijo...

x

Anónimo dijo...

NEGRA RICA:

yo te ofrezco un polvo magico cuando quieras...y gratis

Campaña ANTI-Bufón

Número 1, Número 2 y Número 3 (artista invitada) dijo...

Si de verdad existen postulantes se les ruega enviar curriculum con foto ACTUALIZADA y pretensiones amatorias a la edición de este humilde blog.

Comité Editorial

Anónimo dijo...

Qué lindo el primer comentario, qué dulce!

A mí me pasan cosas con la lluvia, y es que me encanta, claro, dependiendo del contexto en que me pille.

Qué cosa más rica es que llueva cuando estás cerca de mucha naturaleza, y no importa que te mojes, o te embarres... puedes oler la humedad y limpieza del pasto y la tierra mojados. (Mi humilde consejo a los turistas en Santiago es visitar el Cerro Santa Lucía por os bordes, y luego dentro cuando esté lloviendo o a punto de llover).

Pero qué cosa más terrible es que te pille la lluvia con:
1) la guagua con los mocos colgado y
2) millones de bolsas
y
3) zapatos 'reina' de oficina.
y
4) apretada en el metro, sofocada y hastiada por la parka y el paraguas

En fin... cosas y cosas

Muy bonito tu post Ange, aunque estos temas no sean los más populares (ya se verá en el comentómetro) sí te delatan como la niña, perceptiva del mundo y no tan autorreferente, que conozco.

Cariños,

Nats

Anónimo dijo...

...que alegría saber que no soy la única loca a la que le encanta comer helado cuando llueve..., en este caso pertenezco a tu club 100%, en vez de que la gente ponga cara de amargada cada vez que caen gotas del cielo (como si el agua matara a alguien!!) deberían salir a caminar y aspirar el olor a tierra húmeda...
bonito tu texto!

V dijo...

He tratado de comentar como 3 veces ya...ojala ahora resulte.Si,es entretenido andar en micro.1 vez q venia de Viña perdi el metro y tuve q tomar 1 micro toda idiota que ni siquiera me llevaba a LC.Menos mal que me alegraron el camino 1s curaitos que me ofrecieron copete,me ayudaron con el medio bolso y se disculparon por el dragon que tenían,jajaja.Saludos

V dijo...

Quería decir que también es entretenido andar en micro..después de tantos intentos de comentar me enredé:)