viernes, mayo 05, 2006
Mi Primer Beso
Por casualidades de la vida, hoy me topé con Blog 'X' y salía escrito, también en 'X' contexto, la frase 'Primer Beso'... y me acordé del mío!
¿Por qué será tan difícil de olvidar el primer beso? Yo lo recuerdo tan claro y nítido, que me atrevo a contar (so pena de censura, por mi niño celosín) cómo fue: Corre el año 1995 -¡cumplo más de diez años besando!-, es la fiesta de cumpleaños de Cristián Sbárbaro, en el Estadio San Jorge. Fairlie recién estaba despertando al mundo del romance, se había hecho más popular en su curso (porque desenterró la cabeza de los libros y su lugar de recreo ya no se llamaba Biblioteca) y andaba secretamente detrás de un especímen que, analizando hoy, pucha que era deplorable. Bien feo el ejemplar, y eso que era el objeto de deseo de varias mujeres del colegio.
Me junté con Cota Díaz en mi casa para cambiarnos de ropa (pucha que eran notables esas juntaciones por esos años) y daddy nos llevó al cumple más entradita la noche. El tema que del gallo aquél supe lo que es nada. En todo caso no me rompió el corazón, en esos tiempos te enamorabas y desenamorabas tan fácil como cambiarse de polera, o abrir la puerta de tu casa.
En fin; con Babby, Pancho* y René, tres grandes amigos de aquellos tiempos, partimos a los juegos del Estadio, para conversar. Yo, y de eso no me acuerdo, estoy segura que el copete y los puchos aún no existían, así que es probable que fuimos con unos vasos de bebida y las sonrisas amplias y distendidas.
De repente, algo se dio vuelta aquí. Estábamos de lo mejor hablando de Fulano y Sutano, cuando el aire se puso color rosado. Sentí una presión gigantesca en la guata, un poco de nervios, las mandíbulas tensas; René ya no era mi amigo, o tuve un glimpse pero su cara, sus gestos, su postura, todo me fue diferente. Ni siquiera estábamos hablando de temas amorosos, pero de repente -¿qué habrá sido? todavía me lo pregunto- fue el momento. Pancho y Babby discretamente se retiraron, probablemente para regalonear ellos y dejar que la escena tuviera lugar. La cara de René se suavizó, es increíble como todavía visualizo en colores sepia, cálidos, con los ojos medio cerrados, como esas típicas imágenes de TV cuando hay un flasback y el contorno de la pantalla aparece borroso.
Y así, solitos, él colgando de esas barras tipo trepas y yo vestida con una micromini tipo Príncipe de Gales, una polera negra con una margarita en el centro y mis inseparables zapatos Mafalda, cerré los ojos bien apretados y sucedió. Puchas que estaba nerviosa, yo creo que pasé la mitad de mi pre adolescencia imaginándome como sería, dándole besos a mi mano empuñada, pensando si la lengua ajena en mi boca no sería asqueroso o, en caso de yo utilizar el recurso, si sería adecuado o no.
Al final, se disiparon todos los miedos, y -ahora sí me traiciona la memoria con la canción de fondo- fuimos lejos la atracción principal en la pista de baile, ya más sueltos y relajados en el Departamento Ósculos.
Más de diez años después -cómo nos pasa la cuenta el tiempo, jajaja!- y con un amor que me comería a besos a mi Taquito, porque de verdad hasta ganas de morderlo me dan, pienso que de todos los besos que he y me han prodigado, de todos esos besos, lejos los más importantes son ése, el primero, y estos, que serán los que me acompañen hasta cuando tengamos que lavar nuestras placas dentales y enfocar los ojos para darlos.
Número Uno, cada vez más abandonada (bloguísticamente hablando)
*Babby y Pancho, pareja que hasta hoy se mantiene indisoluble al paso del tiempo. Notable, pues desde que usan pañales que se quieren.
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4 comentarios:
Mmmmm... lo de ver cosas anormales en el primer beso da para sicólogo. Yo no recuerdo cuando fue el mío, porque ya en Kinder tenía dos pololas.
Lo que si recuerdo muy al extremo fue el primer beso, pero con lengua. Lo recuerdo por que fue una sensación sumamente grata. Hasta con sabor a frutilla si me piden describirlo.
Quizás el posteo debería diferenciar entre el uno y el otro... digo yo.
Yo de nuevo. Escuchando a Los Bunkers y arriba de la pelota me di cuenta que además del primer beso, el mejor beso también está el/la némesis: el peor beso.
Una de mis otroras amigas con ventaja; porque ahora soy un hombre serio de 10AM hasta las 20:30PM; daba unos besos horribles, con mordiscos y languetazos errados... pero con el tiempo uno como que se acostumbra.
Desvario... mejor me tomo la otra.
Respuesta Multipropósito:
1) Dear anonymus: Este pequeño y humirde blog ciertamente refleja mi necesidad de asesoría profesional en el campo de la siquis -creo, también, me acompañan Número 2 y 3 en este ámbito-, pero desgraciadamente carezco de los medios suficientes para subvencionar esta falencia. Prefiero comprarme churrines de colores...Y como el blog es gratis... ja ja ja.
Aún así: ver recuerdos en diferentes colores manifiesta no una insuficiencia, creo, sino una ventaja en el terreno del inconsciente, pues me da la capacidad de ensalzar a antojo fotitos muy propias, muy íntimas, y hacer con ellas una especie de digitalización en el álbum de mi cabeza que me permitirá ser.. pucha, más feliz? *
Yo también tuve pololos en Kinder, pero no los contemplo como primera vez, pues probablemente la intencionalidad de dar besos en esos tiempos no era la misma, ni con los mismos estrecimientos estomacales que relaté en el post. En todo caso, y es bueno que lo mencionas, sería interesante abstraerse y analizar qué recuerdos relacionados con la libido tiene uno en edad pre-escolar, un tema un poco autocensurado (por lo menos por mí).
2) René dear: you don't know how much I appreciate your words. I'm glad and honoured you consider those times as memorable as I do. Hope you take the time to make yourself your very own blog, partly 'coz it's a terrific therapy, and partly because it would be a nice page to visit. I encourage you profoundly to do so!
Número Uno
* No les pasa que a veces, tal vez por efecto TV, nos imaginamos que ciertas cosas pasaron de ciertos colores? Para mí, el Golpe del '73 fue en blanco y negro. No imagino colores posibles.
ja ja ja...
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