Teniendo como justificación el día de San Valentín y un exceso de tiempo libre, mi segundo posteo tratará sobre uno de los placeres de la carne: los besos. Aquel acto pre-coital que puede ser almibarado, fogoso, subrepticio, intrépido, lúdico o jugoso (adjetivos copiados íntegramente de un reportaje de emol)... y que en definitiva te remueven las hormonas y te hacen perder la cabeza.
Antropólogos apuntan el origen de los besos a la Prehistoria, cuando las madres traspasaban la comida masticada desde su boca a la de sus guaguas. Más adelante, los besos habrían sido la velada fórmula de los romanos para saber si sus mujeres habían bebido en su ausencia. (ja, ja, ja, ya me imagino a los pacos dando unos tremendos besos para hacer un alcotest).
Cualquiera sea el origen, el hecho es que el beso, debido a sus notables propiedades, incluso es materia de una investigación científica denominada Filematología.Algunos hallazgos de esta ciencia del amorrrrrrrrrrr es que los labios y la lengua son las áreas con más receptores nerviosos y sensoriales del cuerpo. Esto los vuelve sumamente sensibles a la estimulación externa. Basta un toque de labios para que el cerebro se inunde de un torrente de neurotransmisores, donde mandan la dopamina, la noradrenalina y la feniletilamina (FEA).
Las dos primeras están asociada al placer, la reducción del dolor y el sentirse excitado y energizado. La FEA, en tanto, fue calificada en los '80 como "el químico del amor". Los médicos Klein y Lebowitz, del Instituto Psiquiátrico de Nueva York, la sindicaron como "responsable de las sensaciones fisiológicas que experimentan los enamorados".Aquí termino con lo científico y comienzo con lo anecdótico....con el detalle sabroso... que ustedes pocos pero fieles lectores deben saber a la hora de”oscular”.(No confundir con lo “otro”...porque ahí hay tema para otro posteo...ji, ji, ji)
Aquí vamos: dicen que un beso cargado de pasión quema 6,4 calorías por minuto, en comparación con las 11,2 que se eliminan en una aburrida trotadora. Además, se afirma que un impetuoso beso puede quitar hasta el más tenaz de los hipos (no se aclara si al que lo da o al que lo recibe desprevenidamente).Un curioso estudio alemán concluyó que quienes besan a su pareja antes de partir al trabajo registran menos ausentismo laboral por enfermedades, sufren menos accidentes de tránsito y viven en promedio cinco años más que quienes no besan. Esto, debido a que comienzan el día con una mentalidad más positiva.
Así es que chicos y chicas...a besar que el mundo se va a acabar........
Número tres
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