
Ayer por fin coincidimos con Álvaro en nuestros desastrosos horarios de oficina y como quien escribe andaba odiosa y media tristona, pinky optó por convidarla al cine. Durante la tarde elegimos el biógrafo pero mi reportaje eterno se alargó y tuve que quedarme un rato más en mi cubículo, así que cambiamos de rumbo y nos fuimos al Hoyts San Agustín.
Álvaro quería ver Babel, yo no me negaba a una noche con Brad pero la verdad me daba un poco de lata, no estaba para ver a un par de gringos afectados y humanitarios en Marruecos, así que la tiré como talla
- Oye y si vemos al boxeador de Philadelphia.
- Rocky?...me estás gueveando?
- No
- Ya poh, yo en realidad quería ver esa pero como que no es una película pa’ mina…o sea pensé que tu ni cagando querrías verla.
- Piensas demasiado Pinky
Una vez en el cine, comiendo mis míticos dulces de a 10 pesos que se compran fuera del cine, experimenté dos exquisitas horas junto al semental Italiano (rocky no alvaro). Es que no hay nada como el cine bien asumido y no hay nadie como Rocko.
Una vez terminada la película incluso subí los escalones del cine con las manos en alto y hice el mítico gesto rockiano, mientras Alvarito me miraba cagado de la risa y con su carita intelectual me comentaba que los flash back le habían parecido un poco mucho. Ahhh no, pastel no me critiques a Rocky, los flash back en blanco y negro y la imagen de Balboa golpeando carne eran indispensables, la gracia de Rocky es que en esta película no van a caer ranas del cielo y los protagonistas no se van a poner a cantar de la nada, no hay segundas lecturas, Rocky es Rocky, el boxeador medio limítrofe, grandulón y enamorado de su esposa fea, puro corazón, ese es mi Rocky.
-Igual habría sido notable que en un giro esperpéntico apareciera Drago de la Mano con Adrián.
- Tai cagado Álvaro.
-Negra vo’ como que te enamoraste de Rocky
- Obvio, grande, tonto y sobreprotector, que más….Oye Rocko, vamos por una chela?
- Chela? Te devolviste a la provincia?
- Qué querí que te invite a comer Sushi?, Vimos Rocky, no el Topo, esto se merece una chela.
Una vez que entramos a la primera “Fuente de soda” que encontramos en el camino, Alvarito me miró con cara de espanto. Negra, me dijo, por qué te sientas en la puerta, no has visto acaso las películas de Tarantino? Si entra un asaltante seremos los primeros en morir. Es que de acá veo el wutlitzer, le respondí cagada de la risa. En la pantalla gigante proyectaban el buen video de Chayane, ese típico donde camina a pata pelá por la playa, bien apretado y con la camisa abierta.
La fuente de Soda estaba notable, pedimos un cenicero y nos trajeron un plato de té. A los cinco minutos Álvaro ya se había tragado un completo con ají, no sin antes ofrecerme la mitad como escolar pobre que paga a medias.
-Qué apuesto que con jonny deep no venías a estos sucuchos
-Obvio que no, íbamos al Emporio o al Patagonia.
-De la rosa?
- Si él le decía Emporio no ves que es ondero.
- Guatón mula, lo vi cuantas veces atravesándose cinco completos seguidos y se hace el abacanado
De fondo una canción de Marco Antonio Solis, una pareja baila y otra discute. Nosotros hablamos de Rocky. Alvaro intenta comentarme algo sobre 2666, el último libro de Bolaño que llegó a sus manos, pero yo sigo silvando "Gonna Fly Now”, así que desiste.
Al rato, cuando el pitcher numero dos se acaba, se entusiasma con mi plan maestro. Ambos deberíamos radicarnos en las Vegas, yo podría ser de esas minas que se pasean por el ring con un número sobre su cabeza y el podría ser refferi. No ves que son chiquititos, le digo. Si pero siempre les pegan, me responden. Yaaaaa no seas cobarde!!.
En menos de 10 minutos tenemos el plan listo, ambos nos teñimos de rubio platinado, el cambia su nombre a Juan ventura y yo a Ana Lucía. Vivimos en una habitación de hotel con paredes rosadas y tapices de Elvis. Cada cierto tiempo yo engatuso a alguna promesa del box y me caso en "The litle with Chapelle"sólo para quedarme meses después con el dinero del pugilista. Pero negra esos gueones siempre terminan golpeando a las minas. Naaa un combo más uno menos, no seas cobarde.
Minutos más tarde, Alvaro se da cuenta que con tanto viaje a las Vegas se le fue el metro y yo camino a saltitos hacia el wutlitzer en busca de “The Eye Of The Tiger". No la encuentro y pongo los Cadillac’s. La mesera empieza a subir las sillas a las mesas, es hora de partir. Álvaro se convence de que ninguna de las poleras olvidadas por mis ex novios le quedará buena así que desecha la idea de dormir en mi sillón y se aventura a esperar el Transantiago.
Yo camino hacia el depto, aún pensando en Rocky. Repitiéndome la profunda y sencilla frase que abre el climax de la película. “UN PELEADOR PELEA”.
Número dos.