miércoles, marzo 26, 2008

Cálculo Renal...en Tiempo Real

Se escucha a lo lejos el sonido del minutero de 24, tin-tin-tin, la pantalla se divide en 4, en la imagen derecha superior aparezco yo babeando sobre la almohada, en la contigua mi gato musso ocupando ¾ de mi cama, en la inferior derecha mi querido Doctor House en su cama porteña, roncando, con los brazos cruzados sobre su pecho a lo Nosferatus y en la contigua Pilar Entrala, mi madre putativa ondulais, elegantemente dispuesta en su cama del barrio Alto.

5:30 AM. Díaz despierta, algo le duele pero aún no se hace la idea de abrir completamente sus ojos, el gato reclama por el inesperado movimiento de sábanas.

5:40. El dolor se hace agudo, Díaz se resigna a abrir sus ojos y busca con esfuerzo su celular para ver qué puñetera hora es, exclama un elegante “Puta la guea” y se dirige hacia el baño…camina dos pasos y se retuerce de dolor, prende la luz y ve en el espejo el reflejo de una guata pronunciada y extrañamente inflamada hacia el lado izquierdo, piensa: ¿Dónde cresta es que está el apéndice?...recuerda a duras penas que Doctor House tiene una cicatriz en el lado derecho de su abdomen…se vuelve a mirar al espejo, la guata parece la de un ñiñito somalí y el dolor se vuelve más intenso.

5:50: Díaz se acaricia su guata alienígena de espaldas sobre la cama, el dolor se vuelve más intenso…decide levantarse, camina a la cocina en busca de un magneto que tiene el número de una clínica cercana pero en el camino su pie izquierdo se dobla y Díaz cae en posición fetal al suelo. Musso corre de un lado a otro con los ojos desorbitados. Díaz Llora.

5:59. Díaz llama por teléfono a Doctor House convencida de que este es un ataque de apendicitis, Doctor House medio despierto-medio dormido le dice que el apéndice está al otro lado, que debe tranquilizarse, que qué comió, que qué le duele. Díaz rompe en llanto otra vez. House le dice con una perfecta mezcla de dulzura y autoritarismo que se tranquilice, se vista, llame un radio taxi y se dirija a la clínica más cercana.

6:10. Díaz logra marcar el número del magneto, la clínica està a dos cuadras del deaprtamento pero en este momento no tiene ambulancias, ni taxis disponibles, la telefonista le dice que en este momento no tienen a nadie disponible en urgencias…Díaz entra en colapso y llama a Mami Pilar…Mami Pilar diagnostica apendicitis, Díaz explica que el apéndice está del otro lado, Mami Pilar le dice que se vaya de inmediato a la clínica de la Católica…Díaz comienza a vomitar de dolor.

6:15. Díaz llama por teléfono al conserje, le pide que la ayude a bajar los 11 pisos y que le llame un radio taxi, el conserje sube rápidamente a buscar a la joven, al verla retorciéndose de dolor masculla nervioso: “No se olvide de llevar una chomba para el frio”…Díaz agarra una parka y sale apoyada del brazo del asustado conserje.

6:17. Se abre la puerta del ascensor, Díaz vomita en la entrada del lobby del edificio.

6:30. Los vecinos sacan a pasear a sus perros, miran a Díaz con cara de pregunta, Díaz en medio de sus coléricos estertores yace semi-acostada en el sofá del lobby con una cubeta azul entre sus manos. Díaz piensa que si fuera más sociable y conociera al menos el nombre de alguno de sus vecinos, éstos se ofrecerían a llevarla a una clínica. El conserje llama por segunda vez al radio taxi y apretando nerviosamente sus manos decide esperarlo en medio de la calle.

6:40.
Doctor House monitorea el proceso vía celular y anuncia que tomará el primer bus a Santiago…pregunta si Díaz lleva la chequera…Díaz entre lágrimas le responde que no…pero que está segura de no necesitarla...porque por algo tiene Isapre ...y por algo hace años que es ilegal pedir un cheque en garantía para brindar atención de urgencias.

6:45.
Llega el radio taxi, la música regetonera sale por todas las ventanas, un joven de pelo demente mira con cara de susto. El conserje le indica la dirección de la clínica, el auto comienza su viaje pero a corto andar debe detenerse, Díaz abre la puerta del taxi y vomita…la bilis cae sobre Marín, Lira y Portugal. El taxista le dice que se quede tranquilita que están por llegar y en ese mismo instante Díaz vomita el asiento trasero del Corsa rojo.

6:59. Díaz entra a urgencias llorando, lleva su carnet de identidad en una mano y la tarjeta de Banmédica en la otra, la recepcionista le hace miles de preguntas, rut, número de teléfono, edad…Díaz deja las tarjetas en la mesa y trata de llegar al baño…no lo logra, Díaz vomita en la entrada de la clínica. Una impresora de punto emite un bono, son 26 mil pesos, Díaz abre su billetera y solo tiene 12 mil…la cajera le pide un cheque en blanco a nombre de la clínica, Díaz rompe en llanto y vuelve a vomitar.

7:15. Mami Pilar al celular insiste en que Díaz le entregue el teléfono al encargado, la “encargada” dice que no le contestará el celular a nadie, que allí no se puede atender a nadie sin pagar, que esa es una clínica privada, Díaz busca su tarjeta de crédito pero en es ese instante se dobla de dolor…la encargada mira para otro lado, Díaz pierde el control, masculla algo sobre los derechos ciudadanos, sobre el colegio de periodistas, sobre los hijos de las putas y las parte púdicas de las madres de toda la gente que trabaja en la clínica…un enfermero le pide que se calme y le dice que un médico le dará algo para parar el dolor, hasta que llegue el cheque.

7.30. Díaz se retuerce de dolor en una camilla y se siente estafada. La televisión le ha mentido durante años, nadie corre por los pasillos anunciando códigos azules. Greys Anatomy le ha mentido durante 4 temporadas, , no hay un Mac Dremy mucho menos un Mac Stemy, los doctores son gordos, calvos e inmutables. ER es una farsa, lo único que escucha es la historia de cómo una de las enfermeras bajó 10 kilos con las pastillas appleline…la enfermera de las pastillas de manzana entra a ponerle una intravenosa.

7:32. Díaz nada en un mar de ibuprofenos y analgésicos.

7:40. Doctor House va camino al Terminal de buses, Díaz le explica el escandalito del cheque, House exclama un insulto contra los médicos en general y los católicos en particular.


7:59. El suero se acaba, Díaz habla fuerte pero nadie viene. Vuelven los dolores, entra el médico y le explica algo sobre el libre mercado, los quejidos de Díaz son lo suficientemente convincentes para que vuelva a entrar la enfermera con el maravilloso ibuprofeno. Díaz vuelve a sumergirse en los mares analgésicos.

8:15. A esta altura todas las enfermeras y administrativos odian a Díaz. Mami Pilar y su hijo rugbista, el imponente Nicolás Court, putearon telefónicamente a todos los encargados de la clínica.

8:35: El médico le dice a Díaz que está seguro de que el dolor se debe a un cálculo renal pero que necesita hacerle un escáner para descartar otras posibilidades, Díaz acepta el examen pero el médico le vuelve a recordar la teoría del libre mercado…el procedimiento estará detenido hasta que Doctor House llegue con la chequera.


8:59. La aguda voz de Pilar Entrala se hace escuchar en la sala de Urgencia, grita: ¡vengo en ASUNTO CHEQUE, ASUNTO CHEQUE!, el médico le explica que esa no es la "intención de la clínica de la católica" y que a la señorita Díaz ya se le está atendiendo.

9:01. Una vez que el cheque en blanco está cruzado a nombre de la católica, una amable enfermera le pone a Díaz una manta sobre sus piernas. Doctor House entra a la habitación con cara de querer matarlos a todos, saluda a Mami Pilar, le lanza una mirada ultra maligna al médico y le da un beso en la frente a Díaz.

Media Hora más tarde, el escáner revelaría que el cálculo ya habría bajado a la vejiga...Media Hora más tarde el médico le entregaría algunas indicaciones a Doctor House junto con una boleta por 276 mil pesos en gastos médicos...Media hora más tarde, Díaz sigue drogada y no puede dejar de mirar a una China con bata de Doctora que le recuerda a Cristina Yang. Doctor House capta el código y le murmulla a Díaz "Es igual a la china de Greys Anatomy"...Díaz se ríe por primera vez en 4 horas.


Díaz “Número Dos”.

jueves, marzo 06, 2008

Marzoooooo


Se acabaron las vacaciones y regresé a regañadientes al trabajo sólo para descubrir que todo sigue igual…miro por la ventana y veo a cientos de santiaguinos caminando con el ceño fruncido, hace calor y el metro está lleno, pienso en mi pobre gato que debe estar achicharrándose en mi departamento.

Si mis deudas no me tuvieran anclada a estos papeles, carpetas y cartas, juro que me fugaría a una piscinita.

Son las 11 de la mañana y ya perdñi 15 minutos sumergida en la melancolía veraniega, extraño esos días en que me levantaba tarde sólo para volver a acostarme, las repeticiones de programas que salieron del aire hace años, la comida china a las 7 de la tarde e incluso el olor a cigarro y los platos de cenizas que Doctor House dejaba en cada rincón de mi departamento, sus gritos contra el televisor cada vez que me disponía a ver Grace Anatomy y sus interminables partidos de tenis en el Play Station.

El comienzo oficinesco es lento, al calor debe sumársele que mi oficina, hoy por hoy, es un símil de las oficinas gubernamentales de la Alemania de los 80, no hay internet desde el lunes, los reclamos contra telefónica han sido fallidos, la respuesta es siempre la misma, el sistema colapsó...mientras tanto 12 funcionarios semi públicos se dan de cabezazos contra sus escritorios y ordenan y reordenan carpetas de forma compulsiva.

Pienso en Juan, qué me diría Juan, el pobre tiene que usar todos los días un chaleco sin mangas rojo con amarillo (los colores del municipio donde trabaja), su oficina es literalmente un container y hace poco cayó una avioneta a 30 metros de su escritorio.

La imagen de Juan, de cara a un ventilador en su container amarillo y rojo, me alegra un rato, hasta que entra un técnico de Telefónica y me dice que “la internet (sic) se arreglará como (sic) en 72 horas hábiles”.

Pienso en Chinaski y recuerdo sin esfuerzo the opening line de Factotum: "Fue entonces cuando aprendí que no es suficiente con hacer tu trabajo, sino además tienes que mostrar un interés por él, una pasión incluso", miró al empleado de telefónica y le doy mi mejor cara de preocupación al tiempo que hago una nota mental: Mañana aunque tenga que ir a un ciber café le mando esta frase a Juan.

Qué hacer, es marzo, un nuevo año se viene encima, no queda más que esperar los tres días de semana santa, el 1 y 21 de mayo, los cuatro días de fiestas patrias y todas las festividades religiosas, que creamos o no en Dios, nos dan 4 diítas más.


Número dos.

martes, marzo 04, 2008

Here, there and everywhere


De Pablo Picasso, "Melancholy Woman"

Tengo tantas cosas guardadas aquí adentro, tantas, tantas...! Sólo necesito un poco de tiempo libre, e involutariamente se empiezan a escapar por los poros, por la garganta apretada, por la nariz que duele, por los ojos que traicionan y la voz que tiembla.

Y no es pena, porque de penas he sabido varias, de distintos colores, densidades y duraciones - más bien, es algo parecido a la nostalgia, pero aún no procesada correctamente.

Ahora bien, que este extraño estadio emocional no se entienda como inhabilidad o paraplejia para respirar profundo y resolver temas importantes; muy por el contrario, he encontrado más respuestas y tomado más decisiones que nunca antes. Por nombrar unas pocas, he decidido: tener paz, dejar de fumar, encontrar mis palabras (antiguamente prefería un procesador de texto cerebral que hiciera por mí el trabajo), dejar de fumar, criar a la Isa con ternura y firmeza (la ternura y sólo ternura muy hermosa es, pero crea monstruitos manipuladores muy difíciles de controlar), dejar de tomar (porque lo asocio al fumar y a comportamientos asquerosos de los que me distancio), nunca renunciar a sorprenderme por esos tesoros que se encuentran en el camino (con la luna en mi nariz) y, por último, de seguir queriendo a quienes quiero, porque !por fin! después de un largo tiempo, he encontrado la satisfacción de recibir cariño además de darlo.

Después de una larga agonía, ha concluido el never too rich, never too skinny, que fue la idea que me hizo en un comienzo crear este blog. Menos mal que se perdieron esos textos imbéciles, Negra - qué vergüenza leerlos yo, o que los lea otra persona... y pensar que me preocupaba de hacer creer que pensaba esas boludeces.

Menos mal que estás tú también para escucharme y creer en mí como has probado hacerlo.

Número Uno